Presencia de Cereales Alcamancha en la Cooperativa y Ucaman
Cuanto más sean los resortes con los que se pueda contar para alcanzar los objetivos que tenemos trazados, de mejor manera quedarán asegurados sus logros.
Con el propósito de poder situarnos en un mar de continuo progreso, en 1.993 nuestra Cooperativa pasa a formar parte en la constitución de CEREALES ALMANCHA SDAD. COOP, cooperativa de segundo grado, junto con las cooperativas de Carrascosa del Campo, Huete, Tarancón, Cañaveras y Cañaveruelas.
Se trataba a priori de aglutinar la comercialización de todas las producciones de cosechas, comprar fertilizantes en común y proveerse de suministro de gasoil y a su vez disponer de mayor fuerza a la hora de negociar en común ventas de producciones.
Por otra parte, en el 2.001 nos adherimos a COOPERATIVAS UCAMAN, con sede en Alcázar de San Juan, entidad que agrupaba el cooperativismo de la comarca de distintos sectores agrícolas.
Con dicha adhesión, disponíamos de servicios de asesoramiento jurídico y fiscal y en cuantas otras cuestiones que se nos pudieran plantear en nuestras relaciones con la Comunidad de Castilla La Mancha, incluidas reclamaciones, recursos, interpretación de normas, etc.
También, llegado el caso, contar con las ayudas necesarias a la hora de redactar nuevos estatutos o modificar los existentes.
Tal compromiso de adhesión sigue aún vigente, si bien el nombre de la entidad en la actualidad es COOPERATIVAS AGROALIMENTARIAS, abogados de la cual ya en varias ocasiones han asistido a la celebración de algunas de nuestras Asambleas Generales, cuando lo hemos considerado de necesidad e interés.
Volviendo a Cereales Alcamancha, tras varias campañas de trabajo con ellos, en abril de 2.003 firmamos un contrato que denominamos de “prestación de servicio integrales”, para asesorarnos en materia técnico-agrícola, sobre semillas a sembrar, tipo de tierras a utilizar según semillas, vigilancia de plagas, presentación expedientes de la PAC, cobros y pagos, confección de facturas, llevar libros de contabilidad, —que por tan diversas manos había pasado desde sus comienzos—, declaraciones y pagos de impuestos, redacción de contratos laborales, confección y pago de nóminas, la detentación de Libros Oficiales, llevar el archivo general, atender las llamadas de socios y cuantas otras cuestiones surgiesen en el día a día.
Como último paso de consolidación de relaciones de una y otra parte, llevamos a cabo el traslado del domicilio social de nuestra Cooperativa a las oficinas de Cereales Alcamancha en Carrascosa del Campo.
Este contrato nos vino a dar una gran agilización y ordenación de nuestras cargas administrativas y obligaciones fiscales con Hacienda con las consiguientes garantías en el cumplimiento de plazos, por cuanto que las comunicaciones tanto privadas como oficiales ya no se dirigirían a la Cooperativa en Saelices, si no a unas dependencias abiertas diariamente en horario de trabajo, poniendo fin al sistema anterior que respondía a que todas las comunicaciones se recibiesen en la Caja Rural —como una concesión de ésta— dando lugar a retrasos en la recepción real y riesgos de extravíos, así como las consiguientes demoras en el tratamiento de sus contenidos y posibles repuestas a dar.
Se lograba con ello aumentar una mayor solidez en nuestra musculatura administrativa, dado carecer de una oficina propia para responder en tiempo a cualquiera llamada o comunicación que pudiéramos recibir, pues nuestras dependencias en Saelices estaban cerradas mayormente dado encontrase el personal trabajando en el campo.
A partir de la firma del documento marco, las relaciones con Cereales Alcamancha se intensifican aún más y se van creando nuevas líneas de trabajo más técnicas e informatizadas.
La singularidad y amplitud de las relaciones que se establecen con Cereales Alcamancha vienen a poner fin a una necesidad que cada día nos pedía considerar, como era el tener que montar una propia oficina administrativa dado el aumento de cargas que de este tipo nos iban apareciendo y el tener que contratar a su vez a un empleado preparado y con experiencia en temas del campo para ponerlo al frente de la misma.
Después de dieciséis años de aplicación sin pausa de este “contrato de gestión integral”, podemos decir que hemos cubierto sus objetivos de manera positiva y quizá de forma más amplia de lo previsto inicialmente, como seguidamente veremos, encontrándonos en estos momentos rodeados con un mar lleno de tranquilidad por su grado de eficacia y orden alcanzado, que pudiera llevarnos a plantear las necesidades de ampliar la inclusión en el mismo de mayores contenidos, si en algún momento ello fuera necesario para la buena marcha de nuestros intereses.