Llegada de los años 60 y cambios que se imponen en el mundo de la agricultura

Para hacer frente a una mayor demanda de  alimentos no silvestres, con motivo de una mayor  expansión demográfica en  las grandes ciudades, se hace necesario producir  más alimentos y modificar a  su vez los sistemas alternativos de producción.

En el transcurso de los años de 1960 se va a producir una gran transformación en el mundo de la agricultura en Saelices, se han de cambiar los sistemas de cultivo y, si bien el hombre seguirá siendo el principal protagonista, los llamados mozos de mulas, se les tendrá que proveer de otros medios de trabajo más modernos.

El aumento de las poblaciones pedirá que se produzcan más alimentos, que los trabajos pasen a ser menos penosos y que también se mejore la calidad de vida en el campo.

De otra parte, los terrenos a cultivar han de ampliarse, desbrozando zonas no cultivadas para hacerlas fértiles y que el campo sea más rentable.

De aquí que en nuestra localidad, donde sin duda estaba incubada la semilla del emprendedor, surgiera entre los propietarios de tierras de labor, cierto afán interno por renovar las técnicas que venían practicando para sus cultivos, lo que vino a dar paso al nacimiento de un grupo de 15 personas decididas a afrontar esa irreversible realidad.

Los tiempos que se avecinaban requerían tomar decisiones importantes, como eran el mecanizar los trabajos de campo, el tener que prescindir de los animales de tiro y arrastre, las mulas, el poder contar con superficies más extensas eliminando lindes y espacios de terrenos improductivos y, lo que venía a ser más serio o “la madre del cordero”, el tener que afrontar fuertes inversiones que individualmente no podían afrontar.

 

Esta mecanización que estaba llamando a las puertas, obligaba también a tener que contar con nuevos aperos y olvidarse en muy buena parte de los que se tenían por quedar obsoletos.

Las eras ya no serían necesarias para el uso de la trilla y el trillo, pues dejarían de tener su función.

El aventar la mies “al viento solano del amanecer” ya no se haría con el uso de palas, horcas, horquillos y cargadores, si no con máquinas aventadoras.

Desaparecerían los montones de trigo y cebada que dormían en las eras, a veces vigilados por la noche para evitar su robo.

Dejarían de oírse el sacudido con palos de las tortas de pipas blancas de girasol en las eras (las pipas de comer), principalmente por mujeres que trabajaban en grupos, sin que faltasen los comentarios más divertidos y también picantes sobre las cosas que sucedían en el pueblo.

Y por último los juegos de la chiquillería del pueblo a la hora de montarse en las trillas o trillos, subirse a las cinas de mies y también a los montones de grano cuando no les veían, para evitar que les cayese la correspondiente regañina.

Todo ello sin duda vino a dar un vuelto en unos años a la vida del pueblo de Saelices y a tener que pasar un tiempo para asimilarlo.

Las mulas, paulatinamente, comenzaron a dejar de usarse como fuente de energía, había que acudir al uso del gasoil, las instalaciones que cada uno tenía en su casa debían de ser transformadas (cuadras, graneros, corrales, pajares, etc.) y pasarse a hablar de garajes o almacenes.

 

También todo ello fue el comienzo de un hecho lamentable, el proceso de emigración de personas y de familias enteras del pueblo a las grandes ciudades, especialmente Madrid y Barcelona, no exento en muchas ocasiones de lágrimas y corazones rotos, que al final nos ha llevado al momento que ahora vivimos en toda España, como es el abandono generalizado de los pueblos y del campo, de lo que tanto se quejan los Gobiernos ahora… ¡Oh Señor!

Las autoridades tan preocupadas por tales abandonos y animando a volver a la vida de los pueblos, a trabajar el campo, a vivir del campo, pero… ¡que expliquen bien cómo, cuándo, dónde, de qué forma! Bueno, bueno… ¿Olvidando que el campo a pesar de seguir produciendo… y produciendo al ser una de las fuentes primarias de las economía, tiene las rentas congeladas ni se sabe desde cuándo? ¿Olvidando que las rentas agrarias generan plusvalías añadidas… que otros que se las llevan sin ningún límite y que para nada revierten en el campo? ¿No ejerciendo ningún tipo de control gubernamental.., como pudieran ser tribunales de la competencia para evitar que el campo esté tan penalizado y saqueado? ¿Por qué no cuidar los efectos tan negativos de la Globalización… para un sector tan primario y tan indefenso como son los productos del campo? Los Gobiernos de turno tendrán que hacer muchas más cosas que la de practicar meros discursos de “palabrería quincallera”, el campo por sí sólo no se puede defenderse de su entorno en ámbitos tan especulativos, comerciales e industriales.

Sin duda que en el corazón de muchos aún sigue latente cierta añoranza de su pasado y, si han podido, han conservado la casa en la que vivieron con sus padres y a la que iban de vacaciones, o bien, los que han podido, se han construido otra casa nueva.

Ahora bien, volver a vivir en el pueblo con su bonito cielo, lleno de luminosidad y paz, con puestas de sol que desde hace tiempo no han contemplado, o poder mirar los campos sembrados y barbechos en primavera llenos de colores y flores silvestres (margaritas, amapolas, dientes de león, siemprevivas, campanillas, etc.), o escuchar el cántico de las aves, o percibir el olor de tierra mojada, queda mucho camino por recorrer para poder prestar atención a esas llamadas de vuelta a las raíces que les vieron nacer.

A pesar de esta realidad, seguro que siempre habrá un sitio en cada pueblo y posiblemente también un trabajo, y por supuesto en también Saelices, para aquellas personas que sin distinción de razas, cansadas de las grandes ciudades con altos grados de contaminación, no encuentran manera de ganarse la vida, algunos a pesar de haber tenido que emigrar de sus países de origen, corriendo todo tipo de riesgos, rompiendo con todo su pasado e inclusive dejando mujer e hijos buscando que la suerte les acompañe para poder traerlos a su lado.